martes, 14 de abril de 2009

LA VERDADERA BATALLA


Luchando cada día en un mundo con mucho misterio, sintiendo como el aire comprime mi pecho y esto me crea una angustia difícilmente superable, la tensión comprime todos mis músculos al encontrarme solo ante el peligro, los nervios nublan mi sentido, el desmayo esta cerca, puedo sentirlo, pero la tensión del momento impide que pierda el conocimiento
Cada paso hacia el enemigo se hace un mundo, cada vez más cerca, sintiendo que la batalla perdida de antemano está a punto de empezar otra vez mas.

La batalla comienza, yo solo contra la gran amenaza o como lo suelen llamar la gran oportunidad y es en estos momentos cuando uno se tiene que llenar de coraje y valor para enfrentarse al enemigo cara a cara empuñando sus mejores armas, ya que si no lo haces el mundo te comerá y perderás todo por lo que has luchado

Y os preguntareis ¿Quién es ese gran enemigo?
Ese gran enemigo eres tú mismo. Tú eres tu peor enemigo ya que si no puedes derrotarte no llegaras a dar los pasos más importantes en la vida, ya que tu enemigo empuña las dos grandes armas que nunca podrán ser derrotadas por la especie humana.

En la mano derecha empuña la espada del miedo, buena en ocasiones pero cuando te golpea con ella puede ser letal en la mayoría de los enfrentamientos, dudas de todo y de todos, das pasos hacia atrás buscando la zona de confort donde no desarrollaras tu máximo potencial
En la mano izquierda está el hacha temida por todos nosotros, la autoconfianza dura como el mejor de los aceros, puede ser limada y con tesón y esfuerzo puede ser derrotada, eso si hay que tener en cuenta que es una hacha maldita y cuando dejas de golpearla puede crecer de una manera desproporcionada para cortarte la iniciativa y los proyectos

Pero tranquilos estaréis pensando que es una batalla perdida ya que el enemigo es el que más nos conoce a nosotros, pero tenemos grandes armas para luchar contra él, nombrare unas cuantas que he encontrado en este máster junto a vosotros.

La primera son los compañeros, una batalla no se gana solo y he descubierto que tengo muchos y muy buenos puedo contar con ellos cuando las fuerzas flaquean o iniciar algún proyecto.
La segunda me la ofrecieron José Luis y Víctor y es el valor y la calma, ya que enfrentarme a un miedo escénico necesitas estar calmado y encontrar esos segundos de tranquilidad en medio de la batalla que es la vida en sociedad, esos preciados segundos para pensar racionalmente y que me harán ver con claridad el siguiente paso a dar y el valor para dar ese siguiente paso aunque sea el centro de atención o tenga una pesada carga de responsabilidad en mis hombros
La tercera es la ilusión que mostramos cada día por comernos el mundo, no debemos perderla porque seriamos unos soldados con los mejores arcos, pero nos faltarían las flechas
Por último la ultima arma que os muestro y es la sonrisa, extraño quizás, pero es una de las mejores armas que dispone el ser humanos para conquistar el mundo, aunque algunas veces se te olvide, “recuérdala, no te olvides nunca de ella”

Y ahora os pregunto ¿con que armas lucháis?

4 comentarios:

moni dijo...

…yo creo que el secreto es no sentir la vida como una batalla, como una lucha constante que has de ganar…pienso que todo eso lo creamos, no es real…llamas enemigo a tu yo con máscara…quítate la máscara y dejarás de ver en ti un enemigo…lo real está dentro de nosotros y ahí no hay luchas, ni batallas…hay pureza…el secreto …“SER”…y si, no es fácil, y has de tener coraje que lo coges también de dentro de ti y de todos aquellos que te quieren (como yo)…cambia la historia…tu batalla está en tu mente, es un pensamiento, es energía y tú tienes el poder de cambiar eso…besos guapo y adelante con coraje y…SONRISA…

vida dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
vida dijo...

La vida puede ser una batalla, ¿por qué no? La batalla de los besos, abrazos y retos por cumplir, por ejemplo... Comparto con Moni que todo depende de cómo creamos e intentamos ver ese escenario en el que paseamos cada día. Y quizá eso es lo más complicado de conseguir.
La primera arma es trabajar con uno mismo, y sentir de verdad la libertad de ser y aceptarse tal y como uno es. A partir de ahí uno puede volar sin ataduras. Nadie te va a querer más que tú a tí mismo :) El resto de armas como la sonrisa no son más que complementos que adornan tu armadura en primera fila de combate.

Vilap dijo...

Perdonad por la tardanza en contestar a vuestros comentarios después de mucho pensar en lo que escribí y con vuestras opiniones me doy cuenta de la gran cantidad de visiones que nos encontramos de un mismo tema y me alegro de encontrarlas y poder aprender de ellas muchas gracias Eva y Moni